El camino comienza en Grau, en la plaza donde están los muchachos, luego de haber dado su concierto, junto a los dibujos de Paco.
Están todos, menos Leila, a quien espero verla la vuelta, para despedirme como corresponde con ella.
Está esperanza, quegrita "no te vayas!" y ríe... el plan original era partir la semana pasada, pero al final decidí quedarme en Grau, y fue un acierto. Esperanza me daun abrazo gigante, de esos que se guardan en el corazón como un tesoro.
Está Wladi, que me desea suerte en el camino, y sella el discurso con un abrazo. Ayer me decía que estos caminos se empiezan para terminarlos... Que no hay pié atrás.
Está Paco, quien ríey medice que me quedó pendiente probar la Fabada Asturiana. Su gaita aún resuena en mi pecho, llevándome 10 añosatráscuando escuchaba todos los días esa selección de música de Galicia y Asturias... Paco me dice "venga, dame un abrazo".
Está Yerko. Hay amistades que son breves en el tiempo, peroaún así son eternas. Uno sabe reconocer a sus iguales. Yerko me da una bolsita. "Pastels de nuez, para el camino" dice.
Y está Hernán. Bromea con mi bastón, y lo pone en su espalda para esconderlo e impedir que me vaya. "Parte mañana" dice, y todos ríen... Hernán me encamina hacia la calle donde parto. Me da un abrazo, y me dice, casi excusándose, "partiría contigo, pero mi camino a Santiago es por otro lado... los caminos que tomamos son distintos". Yo lo sé. Me da un abrazo, y comienzo el peregrinaje dejando Grau atrás.